lunes, 27 de octubre de 2014

El despertar

Si pudieseis elegir donde despertar cada mañana, ¿en que lugar sería?
En mi lugar,creo que me gustaría despertar en una cabaña cerca de la playa o en una casa en el campo cerca de animales, o en algún ático de un edificio de alguna gran ciudad del mundo... pero hay un sitio que igual no es el primero que me viene a la mente cuando me hago esa pregunta pero en el cual sería capaz de despertar cada mañana: Villaquejida.
Uno de los mejores recuerdos que tengo son los despertares allí, en aquella casa: con los ojos aun cerrados, ya empiezas a oír murmullos por toda la casa, y gente que va y viene por las calles, sales de la cama y escuchas crujir las maderas sobre los pies y bajas las escaleras de puntillas para hacer el menor ruido posible. Sales al patio, miras el cielo y compruebas que da igual que llueva a cantaros, que el cielo este encapotado o que parezca que el sol nos va a quemar la piel todo el día: en ese patio por la mañana pronto hace fresco y la piel se te pone de gallina con la brisa. Ese aire fresco que viene cargado de la esencia del monte y huertas que rodean el pueblo y del olor a magdalenas y pan recién hecho que inunda por completo toda la calle Real. Luego te asomas a la puerta y ves que una está barriendo la acera, que algún pequeño ya anda correteando por ahí, que el melonero (que posiblemente sea el que ha puesto punto y final a tus horas de sueño) ya está anunciando todo lo que trae con el y que son muchos los que ya van en sus bicis por las calles. No eres la primera en despertar.
Son sensaciones que me reportan a algunos de los momentos más felices en mi infancia y que me encanta sentir cada vez que voy por que a veces en esos pequeños detalles están la mejor parte de un buen despertar.

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