Tormentas

Mas de uno hemos visto en los temporales de invierno pero sobretodo durante las tormentas de verano, los truenos y rayos surcando el cielo de nuestro pueblo. 

Me contaban no hace mucho un familiar lejano que una tarde de septiembre, a principios de mes, antes del Cristo su padre le mandó al campo a recoger algunas de las hortalizas que tenia plantadas. Era una día claro, sin apenas nubes, con mucho calor para ser la época del año que era. Recordó lo que le había dicho su padre: se acerca una tormenta a lo lejos, si ves que el cielo oscurece ven corriendo para casa. Miró al cielo y se el escapó una carcajada al ver el sol brillando en lo alto. 

Caminó hasta las eras, tarareando una canción cualquiera y cuando llegó se puso manos a la obra, de vez en cuando al cielo: 1...2...3... nubes pequeñas, blancas, a las que no darle importancia eran las que aparecían en el cielo. En el mismo instante que  terminó y ya tenía las carretas cargadas le echó un último vistazo al cielo: estaba encapotado y decidió darse prisa para llegar a casa con la mayor brevedad posible pero el camino se hizo interminable. Unos minutos después de partir la temperatura parecía que subía, comenzó a caer una fina lluvia que calaba hasta la piel, su paso cada vez era mas apretado,y más, y más hasta que no pudo hacer otra cosa que correr y correr hasta quedarse sin aliento, viendo como a ambos lados del camino caían rayos que iluminaban el horizonte ennegrecido. 

Al llegar a casa el pelo le caía ante los ojos, sus ropas estaban empapadas y su único par de zapatos llenos de barro, temblaba, había visto en cada rayo su corta vida pasar por delante, su padre se enfado, le echó la bronca, pero no fue lo que mas le asusto. Jamás volvió a confiar en el tiempo, jamás volvió a sonreír ante un rayo, fueron una de esas cosas que te marcan de por vida.

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Quería dar las gracias desde aquí a Mar por esta fantástica imagen. Sin duda es una fotógrafa excepcional! Muchas gracias! :)