jueves, 24 de julio de 2014

La casa junto al rio

Era yo aun pequeña cuando en invierno o verano por la frasca iba con mi padre al río y me llevaba a lo que quedaba de una casa de adobe entre las plantaciones y el rio y nos pasábamos horas y horas dando vueltas por el lugar observando los restos de los engranajes del sistema del molino. Mi padre me explicaba todo con sumo detalle, con ilusión como si estuviese viéndolo funcionar en aquel mismo instante.
El otro día leyendo un artículo me decidí preguntarle el motivo por el cual siempre me llevaba allí de niña, por que era un sitio tan especial para el. Me sorprendió la respuesta: durante un momento hubo un silencio y vislumbre un atisbo de emoción que intentaba ocultar en su mirada, después me contó que tenía muchos recuerdos de aquel lugar ya que de pequeño solía ir con el vecino y su hijo que tenia mas o menos su misma edad. Guardaba bonitos recuerdos, a pesar de los años, de aquella casa pero sobretodo de la gente que en ella vivía y que con tanto cariño le habían tratado durante las visitas que les hacía allí.

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