Mi bisabuelo, sacristán de Villaquejida

Hoy quiero rendir homenaje a un hombre que hasta no hace tanto para mi era un desconocido ya que poco o nada sabía de él, aun así fue parte de nuestro pueblo y de mi familia: mi bisabuelo.
A mi bisabuelo Saturio le llamaban "El alemán" por que, en palabras de mi abuela, era muy guapo: alto, fuerte, rubio y de ojos claros y sobretodo un buen hombre. Una persona de fuerte carácter pero con un corazón noble.
Durante muchos años fue sacristán en la Iglesia de Villaquejida, de este modo llego a ser bastante conocido en la zona. Contaba mi abuela que era quien de distinguir cada sonido de las campanas, que era muy avispado y cariñoso pero sabia ponerse firme cuando la situación lo requería. Muchos son los que dicen que tenia una voz preciosa y que cantaba como los ángeles, de hecho los que le conocieron afirman que fue reclamado desde el obispado de León para formar parte del coro de la Catedral. Se negó rotundamente, declarando que su situación familiar no lo permitía. Su familia estaba en Villaquejida y así siguió hasta casi el último aliento participando en las misas de nuestro pueblo.
Era fácil encontrarle por las mañanas preparando los telares para la misa acompañado de mi bisabuela Crilinia que se dedicaba a barrer el suelo de la Iglesia o en su lugar, en algunas ocasiones, con mi abuela y algunas de sus amigas que desde bien jóvenes pasaron horas y horas allí ayudándole, lo que sin duda dio lugar a muchas aventuras que algunos conoceréis y que podría contar pero mejor será dejarlas para otro momento.