sábado, 21 de diciembre de 2013

Madrugadas heladas

Hace solo unas semanas, en un puente en el que me acerque al pueblo, le escuche a Isacc, sentado al lado del brasero una anécdota que creí que merecía la pena ser contada aquí:  

Recordaba entre risas, con mi abuelo, las antiguas madrugadas de hace años, cuando aun las canas empezaban a asomar entre su cabello. Hablaban, con anhelo, de las noches en las que nada mas ponerse el sol, el viento congelado empañaba las ventanas cubriéndolas de una capa blanca y como el fuego de la lumbre no vencía nunca a esa impresión de frío que tenias cuando pretendías mirar al exterior a través de los cristales.
También aquella sensación de levantarse por las mañanas temprano, mirar por la ventana y ver como la helada del día anterior aun no había desaparecido cuando ya estaba cubierta por la que hacia caído aquel amanecer invernal. El carámbano llegaba de un lado a otro de la calle haciendo que la tarea de caminar fuera una autentica meta inalcanzable y consiguiendo que para el señor José María fuera imposible sacar los animales a la calle para limpiar las cuadras.



1 comentario:

  1. Estaba husmeando y me di contigo y recuerdo lo valientes que éramos las jovencitas con tacones y medias finas entre aquellas heladas....

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