
Recuerdo que llevábamos mucho tiempo planeando este viaje,
mi amiga me explicaba que la cultura, la forma de vida… todo, era muy distinto
a lo que yo conocía en Galicia y aseguraba que aquello me iba a gustar, no
podía evitar reírme cuando me decía: “Cuando vayas lo entenderás todo”. Ahora
me paro, lo pienso y he de admitir que es
cierto. Posiblemente lo que más me sorprendió fue un pequeño detalle que una
señora tuvo con nosotras una noche en la que se nos hizo tarde para ir a por el
pan y ya habían cerrado, la mujer nos paró y con una gran sonrisa nos ofreció
que nos acercásemos hasta su casa que a ella le había sobrado un poco.

En ese tiempo que estuve allí me recorrí todo lo que pude:
visite los pueblos cercanos: Villafer, Valencia de Don Juan, Valderas… pero lo que de verdad me entusiasmo fueron
las entrañas del pueblo, las eras, las bodegas y las vistas desde los montes
que hay siguiendo el camino que sube por detrás de ellas: ver todo ese paisaje
en tonos castaños, liso, sin escucharse ni un solo ruido… transmite tanta
tranquilidad. Como no hicimos parada oficial en las piscinas que me asombraron
por lo cuidadas que estaban, y en cada uno de los bares del pueblo: La ruta,
Space, Oasis, San Isidoro… donde puedo
asegurar que me trataron como una reina y conocí a gente excepcional.

Después de mucho insistir este verano logré llevar a una de mis amigas a que conociese tierras leonesas y para ir animando este blog le pedí que me relatase su experiencia a su paso por Villaquejida y esto fue lo que me contó. Le agradezco de corazón su colaboración. Gracias!
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Y a todos vosotros que sepáis que ya son casi 400 visitas, y todas y cada una de ellas me hacen muy feliz, gracias por hacer de esto una realidad! :)
Bonito relato Andrea, se te da bien "la pluma".
ResponderEliminarMuchas gracias! Estos comentarios siempre me sacan una sonrisa.Intento practicar todo lo posible
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